La educación para la salud es un aspecto fundamental dentro del concepto de empresa saludable que podemos relacionar con los programas de formación para los empleados.
Dentro de la educación para la salud considero fundamental que las personas tengan conocimientos sobre cómo les afectan estos cinco factores en sus estilos de vida: alimentación, sueño, estrés, actividad física y consumo de drogas, principalmente alcohol y tabaco.
Estos cinco factores forman parte de la vida diaria, ya sea en el trabajo o fuera de él, y marcan diferencias a la hora de determinar si una persona goza de buena salud o no.
Actualmente existe un gran consenso en la comunidad científica sobre el hecho de que la elección más importante que podemos hacer para influir a medio y a largo plazo en nuestra salud es nuestra dieta. Mantener unos hábitos saludables de alimentación es la medida más eficaz para disminuir el riesgo e incluso evitar numerosas enfermedades crónicas (cardiovasculares, obesidad, diabetes mellitus, algunos tipos de cáncer, osteoporosis, etc.). Es importante que conozcamos la forma saludable de alimentarnos para no caer en tópicos e información falsa que nos asalta cada día en redes sociales y medios de comunicación.
El Dr. Merrill Mitler, experto en sueño y neurocientífico del NIH (Instituto Nacional de Salud de EEUU), afirma que «el dormir mantiene todos los aspectos del cuerpo de una forma u otra: el equilibrio energético y molecular, así como también la función intelectual, el estado de alerta y el humor». Podemos considerar el sueño como la base de los hábitos saludables. De hecho, la fundación Española del Corazón nos advierte de que diversas patologías están directamente relacionadas con las alteraciones del sueño, entre las que destacan las enfermedades cardiovasculares. Conocer las pautas recomendadas de higiene del sueño nos puede ayudar a mejorar este aspecto básico de salud.
El estrés repercute directamente en el rendimiento, en la salud física y en la salud mental. La sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés (SEAS) considera el estrés laboral como una amenaza para la salud, el bienestar y la a productividad. Saber cómo funciona es estrés y conocer las herramientas para gestionarlo es algo muy rentable para funcionar bien y mejorar la salud.
La Organización mundial de la Salud (OMS) considera la inactividad física como el cuarto factor de riesgo en lo que respecta a la mortalidad mundial (6% de las muertes registradas en todo el mundo) y recomienda aumentar el nivel de actividad física como una necesidad social, no solo individual. Sabemos que un nivel adecuado de actividad física regular reduce el riesgo de hipertensión, cardiopatía coronaria, accidente cerebrovascular, diabetes, depresión, cáncer de mama y de colon. Además, mejora la salud ósea y es un determinante clave del gasto energético, y es por tanto fundamental para el control del peso. Motivar a los empleados para que mejoren sus hábitos de actividad física y mostrarles la forma adecuada de hacerlo puede ser muy rentable para su salud y su rendimiento.
Conocer los graves riesgos para la salud que presenta el uso del tabaco puede motivar a los fumadores a dejar de fumar. Según la Asociación Americana del Cáncer, en los Estados Unidos, aproximadamente la mitad de todas las personas que continúan fumando morirán debido al hábito. Más de 480,000 personas mueren cada año en este país a causa de enfermedades relacionadas con el consumo de tabaco. Esto significa que cada año el fumar causa aproximadamente 1 de cada 5 muertes en los Estados Unidos. También los no fumadores pueden beneficiarse de este tipo de formación para transmitir sus conocimientos a los fumadores y que se animen a intentar dejar de fumar.
Con respecto al consumo de alcohol y otras drogas, dados sus efectos perjudiciales para la seguridad y la salud en el trabajo, la OIT (Organización Internacional del trabajo) recomienda llevar a cabo programas de información, instrucción y capacitación sobre el alcohol y las drogas que deberían, en la medida de lo posible, ser integrados en programas de salud más amplios.
Conclusión: Si la formación puede mejorar la salud, y la buena salud está directamente relacionada con el rendimiento, merece la pena invertir en educación para la salud en las empresas.
Eduardo Lázaro Ezquerra
Doctor en ciencias de la empresa
Psicólogo y Técnico superior en PRL
Máster en nutrición y salud
Experto en drogodependencias